Comentario:
El silencio, una receptividad como un espéculo, de una noche llena de estrellas con una luna llena se refleja bajo el místico lago. El semblante en el cielo está en profunda meditación, es la diosa de la noche que trae profundidad, paz y entendimiento.
Ahora es un instante muy bello. Va a ser simple para ti reposar dentro, profundidzar las profundidades de tu silencio al punto del encuentro del silencio universal. No hay nada pero que hacer, no hay sitio donde ir, y la cualidad de tu silencio interior deja cualquier cosa que tu hagas.
Algunas personas se van a sentir inconfortables, habituadas como están, a todos y cada uno de los ruidos y actividades del planeta. No importa, busca a aquellos que tienen resonancia con tu silencio- o bien goza tu soledad. Ahora es el instante de entrar a tu casa interior. La entendimiento y el vislumbre que te llegan en estos instantes se manifestarán pero adelante, en una fase más receptiva de tu vida.
El Silencio es la leal representación de la energía de la totalidad, el silencio es el instante que consigue el ser más evolucionado, pues en el momento en que uno consigue el silencio uno ya no precisa hacer más estruendos. El silencio prueba madurez, el silencio marca la calma, el silencio es preciso para la distinción de los diferentes sonidos, para las distintas intensidades, el silencio es el respaldo y la base de toda la existencia.
Cuando se habla de Silencio en el Budismo vemos que es el significado supremo que los maestros más experimentados consiguieron, personas como Gautama Buda, grandes maestros como Chuang Tzu y como Bodhidharma. Para ellos y para tantos el sabor del silencio es exactamente el mismo. Cuando vemos nuestro ambiente todo puede mudar, mas lo único que no cambia es el silencio. Esta gran fuerza es la fuerza que jamás muere, es el estado que deja a flote tu auténtico ser. El silencio es la enorme fuerza motora que deja el trabajo de los sonidos, es el primordial peso que consigue sostener el equilibrio de nuestra existencia.
El silencio tiene una clara connotación de receptividad, un instante que se semeja a una noche llena de estrellas, y como se puede querer en la carta una enorme luna llena que se refleja en un lago mágico y sereno. Vemos que el cielo se halla en un instante de profunda meditación, vemos un precioso semblante en el cielo que prueba a la diosa de esta noche para traer profundidad y paz en los individuos a través de el poder de la entendimiento.
Esta carta del Tarot de Osho anuncia en tu tirada un instante de calma, te embarca a deambular un instante de reflexión y de calma, un instante de reposo dada esta turbia y ocupada forma de vivir.
Vemos meridianamente ahora en el que transitas una ocasión definitiva para embarcar una dirección en ti, y es este silencio que continúa en ti que puede conseguir emprender y especificar cualquier cosa que te plantees, puesto que si te embarcas en este camino de autoreflexión de seguro nada ni absolutamente nadie pueda impedir lo que te plantees.
Es un instante que anuncia grandes logros, mas no va ser fácil, de la misma manera que todo nuevo camino se van a poner muchas piedras que se deberán sortear ciertamente para conseguir los objetivos.
No hay victorias sin derrotas, no hay objetivos si no hay organización, no hay visión sin conseguir conocer la ceguera. Aférrate a tu silencio interior para no perderte en caminos confusos, aprovecha lo que tienes para poder conseguir todas las otras cosas.